Té De Emociones

Hoy en día, me encuentro redactando un cuento, el cuál tendrá un significado muy especial para mí y me gustaría compartir su primer capitulo:

Capitulo I: La Paz de Nimzay.

Ilusiones que condensan poco a poco en un dorado atardecer, mientras un amargo significado toma la verdad como justo edulcorante cada vez que se agita delicadamente el juego de té de Nimzay al borde del impetuoso ventanal en vista a un panorama extenso de la ciudad de Villahermosa, mientras degusta un poco del ambiguo sabor de la palabra "vida", filosofando tranquilamente tras una dura jornada laboral, preguntándose por qué los días son cómo fragancias que pierden el placer de su esencia cada vez que se extienden en la lejanía, mientras toma un sorbo tan profundo como el grisáceo tono de las paredes que la recluyen en un eterno horario de 6:00 a.m - 3:00 p.m, la adversa presión que le causa lo felizmente estresante de la monotonía de una oficina empresarial dónde ha de tener que acomodar intensa papelería sin más derecho que unos 15 minutos del disfrute insípido de comida artificial calentada con la maternal sutileza de un microondas, tan solo pensar que su esófago puede aguantar la dudosa textura babosa y seca algunas veces de un almuerzo laboral le hace aferrarse a su té negro urgentemente, para compensar aquél abuso inimaginable a su sistema digestivo y con algo de timidez contemplar el notable contraste del ardiente rastro del suave color caoba que envuelve la frágil consistencia de lo que para mucho pueda ser una coraza sin sentimientos, al estar en contacto con la incolora y fría porcelana de la familiar manija de su taza favorita de flamas espinosas y  rosales azules, mientras la sujeta al mirar fijamente el martirio de sus redondos faros tan intensos como la avellana tonalidad en los bordes de su centro, que temen con cautela el impertinente haz de un rayo de sol penetrando en ellos, mientras sirve una segunda vez más de su bebida preferida, sintiendo en ratos la satisfacción del calor en su respingado y consentido explorador de aromas, para comenzar a viajar en su cómodo asiento a través de los océanos de vastos pensamientos que le da entrada a su vida el enorme guardián de puertas de cristal enfrente de su vista,  y es así que comienza una voz tan cálida en su mente, bastante familiar y única cómo aquellos instantes en los que podía degustar una dosis de té y sentimientos, lejos de una civilización que desea presionarla para incrustarla en la vida caótica de la urbanidad de adicciones y desfiguros culturales y emocionales, ya sea con el fin de obtener intereses en especial los de índole lujuriosa; un sonido tan penetrante y cercano al latido de su pecho, que sus pupilas dilatan cada vez que retumban más fuerte, hasta que finalmente cerró sus ojos, reposando en su asiento concentrándose y en un pestañear, una imagen nítida fluye en sus sentidos y esa voz se hace presente, acompañada de una mirada oscuramente fija.... 

—¿Puedes sentirlo?—Pregunta suavemente, una voz masculina muy peculiar.

—¿Sentir qué? ¿A qué te refieres?....—Nimzay, responde un tanto desconcertada, pero a la vez con curiosidad.

—La tenue brisa del campo—Contesta con una inquebrantable y contagiosa serenidad.—Alza tu mirada y aprecia el espectáculo de esta velada.

Entonces, se percató de su alrededor la cual extrañamente, había cambiado en verdes pastizales, una liviana brisa que recién había azotado en el fértil escenario, el cual parecía arropado de un fresco manto cristalino que reflejaba resplandores incandescentes, no eran contaminantes visuales de la ciudad definitivamente ni tampoco estrellas, pues al mirar al cielo notó que estaba nublado... por lo que entusiasmada procedió a intentar acariciar las gotas con su tacto, una sensación tan satisfactoria parecida a la realización personal y la sensación fascinante de inimaginable poder que le hacía tener, la hizo sonreír tan tiernamente, por lo que pasó a preguntar a su acompañante.

—Hermoso.... ¡¿Qué es esta maravilla que corre por mi cuerpo?!— Sonrojada con un tono suave pero emocionante y llena de intriga.

— Sueños y fantasías tangibles pero en tu cuerpo recorre una gran ilusión—Le dijo con un tono amable y alegre, pero prudente.

—Nunca había sentido... algo así... es tan excelso, pero me gratifica tener la sensación tan delicada de un infante—Comentó con un poco de lagrimas.

—Esa sensación es uno de los verdaderos significados de la vida, es estupendo que finalmente sientas algo así—Le decía mientras se acercaba ante su mirada.

—¡Eres muy peculiar! Por sí no lo habías notado...—De forma notablemente feliz le dijo.—¡Eres de los pocos hombres que no parecen tener intenciones libidinosas! Pero, no me has dicho algo esencial, me gustaría saber tu nombre.

—Es un placer agradarte como siempre.... pero debo irme—Con un tono bajo y poco a poco revelando su rostro completo en un fugaz destello.

De pronto todo permaneció en silencioso con un enorme resplandor, mientras sus latidos regresaban poco a poco a la percepción de sus oídos y su tacto sentí algo sedoso y cálido. Efectivamente como una sábana..... Parecía algo desmotivante, ya que era un sueño pero aquella sensación de ímpetu seguía presente aunque seguía preguntándose por qué le parecía tan familiar aquél rostro y esa voz, una tormenta de dudas recorrió en sus pensamientos, insistiendo una y otra para saber la respuesta pero sólo terminó algo agotada así que sólo cerró sus ojos de nuevo esperando reanudar ese sueño otra vez.